Acabados de piedra

La piedra vive a través de su háptica. Los clientes no solo quieren ver una piedra, sino también tocarla, lo que es importante saber cuando se trata de acabados de marketing.

Que una piedra parezca dura o blanda no es solo una cuestión de petrografía. El mármol puede sentirse duro, granito sedoso mate, dependiendo del acabado de la superficie. Casi todo es posible. Granallado o pulido a chorro, muy pulido o rugoso con un acabado microfino mediante un rayo láser. El factor decisivo es para qué se utilizará la piedra y el impacto visual que creará.

Aparte de las superficies pulidas, las marcas del proceso de acabado vuelven a estar de moda. Esto hace que cada losa sea única. Una superficie estructurada muestra que el material no termina en la superficie, sino que tiene profundidad; es decir, es materia y no solo decoración.

Todavía se encuentran disponibles técnicas de procesamiento tradicionales como el bruñido o el abujardado, pero el relieve de la superficie es muy rugoso y es principalmente adecuado para acentuar paredes. Los pisos pulidos o abujardados son antideslizantes, pero difíciles de limpiar. Las piedras “envejecidas” artificialmente envejecidas son una alternativa.

Las losas se lijan en un tambor giratorio agregando cuarzo o lastre grueso. Los bordes desgastados mejoran el aspecto rústico. Una capa final de cera restaura el color del material.

La trituración es uno de los procesos más utilizados. A pesar de las máquinas y los abrasivos modernos, todavía no existe una instalación de prueba estándar o simple para la rugosidad de la superficie. Las superficies pulidas siempre muestran marcas de pulido bajo condiciones de luz opuestas, también diferencias en el brillo según el contenido y la distribución de minerales.

El lado más atractivo de una piedra natural es la superficie pulida, que saca a la luz toda la variedad de colores y estructura. Normalmente, la superficie se pule hasta tal punto que no se ven más marcas de pulido. La ventaja de la superficie pulida además de la apariencia es la mejor limpieza posible, pero no se logran las propiedades antideslizantes necesarias.

Una de las formas más comunes de acabado de piedras duras que contienen cuarzo es el flameado. La superficie flameada tiene propiedades antideslizantes particularmente buenas, pero es difícil de limpiar, especialmente en interiores. No todas las piedras son aptas para flamear y pueden ocurrir cambios de color, dependiendo del material. Los granitos amarillos cambian a un color rojizo, otros se vuelven amarillos o grises. Para dar aspereza a la superficie sin cambiar el color, las piedras susceptibles a los cambios de color se chorrean con un chorro de agua. El aspecto resultante no es comparable con ningún proceso de acabado tradicional. La estructura de la superficie varía según la presión del agua y la velocidad de producción.

Las superficies cepilladas están experimentando actualmente un auge como alternativa al esmerilado. La superficie tiene un suave tacto aterciopelado. Dependiendo del proceso, los efectos de brillo y las propiedades visuales son tan variables como el pulido. El cepillado suele ir precedido de un proceso de acabado más tosco, como el flameado.

Después del desbaste grueso, la capa rugosa se alisa con cepillos con cerdas de metal o plástico que contienen granos abrasivos. Los cepillos se pueden montar en plantas de producción convencionales. La ventaja es una estructura de superficie suave y viva que es más fácil de limpiar que las superficies flameadas.


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